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Cómo hacer un presupuesto con un sueldo bajo

5 minutos de lectura

Puntos clave

  • Si bien es tentador gastar la mayor parte de tu primera quincena, ahora es un buen momento para desarrollar hábitos de ahorro saludables.
  • La regla 50/20/30 es una forma de crear y atenerse a un presupuesto viable.

Si estás empezando tu primer trabajo, ¡felicidades! Y aunque la etapa agotadora de buscar trabajo e ir a una y otra entrevista ya terminó, la parte realmente difícil acaba de comenzar: aprender a vivir con un sueldo, el pequeño que probablemente ganarás una vez que comiences a trabajar. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Egresados 2018 (ENE), el 46% de los recién egresados que se encuentran trabajando en su primer empleo perciben sólo entre $3,000 y $8,000 pesos mensuales, por lo que aquí hay 5 consejos simples para administrar, ahorrar y gastar dinero.

1. Hay una diferencia entre tu salario bruto y tu salario neto

Tu sueldo puede parecer bastante decente en papel, especialmente cuando nunca has tenido uno antes, pero ten en cuenta que el número que has aceptado (tu sueldo bruto) es más alto que la cantidad que realmente cobrarás cada mes (tu neto). Quizá no lo sepas pero tu salario no solo es para ti, algunas partes también se destinan a los impuestos federales, estatales, de Seguridad Social, etc., por lo que es probable que solo te quedes con el 60 o 70% de tu salario completo, lo cual deberás considerar antes de planificar un presupuesto.

2. Cumplir con la regla de presupuesto 50/20/30 (dentro de lo razonable)

Una vez que recibas tu primer sueldo, resiste la tentación de derrocharlo. En su lugar, siéntate con una calculadora y calcula cuánto de tu quincena debe destinarse a gastos esenciales, y cuánto puedes reservar para cosas divertidas.

Algunos expertos financieros recomiendan seguir lo que llaman la regla 50/20/30: el 50% se destina a costos “fijos” no negociables, como la renta, los servicios y los alimentos, el 20% se destina a ahorros y el 30% se gasta en cosas como la apariencia personal (ropa, cortes de pelo, etc.), viajes y entretenimiento.

Ten en cuenta que esta regla no es difícil ni rápida, y depende en gran medida de cuánto cuesta vivir en tu ciudad. Por ejemplo, pagarás más gastos de costo de vida si vives en CDMX que si vives a las afueras.

3. Siempre puedes encontrar una mejor oferta para gastos fijos

Los gastos necesarios, como la renta, el transporte y los pagos de servicios, representan una gran parte de tu presupuesto, pero no están grabados en piedra. Así como es probable que busques diferentes ofertas para comprar un televisor o cualquier artículo costoso, intenta comparar constantemente los precios de departamentos más asequibles que el tuyo. Las cosas pequeñas se suman también. Considera cambiar a productos básicos genéricos del hogar cuando vayas a la tienda de comestibles y pregúntale a tu gerente de recursos humanos si existen beneficios de transporte que ofrezca la compañía.

4. El seguimiento de tus gastos te ayudará a cumplir con tu presupuesto

¿Nunca tienes tanto dinero en tu cuenta bancaria como quisieras? Siéntate con estados de cuenta mensuales y observa detenidamente tus hábitos de gasto. Verás todas las facturas mensuales habituales, pero es posible que observes algunos patrones sorprendentes.

¿Compras café caro más a menudo de lo que crees, o derrochas en nuevos artículos justo después de recibir la quincena? Reconocer (y frenar) estas compras no planificadas e impulsivas puede contribuir en gran medida a ayudarte a mantenerte dentro o fuera de tu presupuesto. Para tenerlos en cuenta, considera descargar (y usar) una aplicación que te ayude a presupuestar y realizar un seguimiento de tus gastos.

5. Es probable que estés atascado al escatimar gastos por un tiempo (pero no dejes de presupuestar una vez que obtengas resultados)

Después de que se hacen las negociaciones iniciales de salario (y se superan los presupuestos para la primera vez), puede parecer tentador pedirle a tu jefe un aumento de sueldo solo unos meses después de obtener el trabajo. Pero a menos que haya una promoción de un día para otro, es probable que te quedes con el mismo salario todo el año, ya que no suele ser una buena idea pedir más dinero hasta que hayas sobrevivido al menos una revisión anual (a menos que tus responsabilidades hayan aumentado sustancialmente, en cuyo caso, solicita el aumento).

¿Qué puedes hacer luego?

Utiliza este período para aprender buenos hábitos financieros, y una vez que finalmente obtengas la codiciada promoción y el aumento de sueldo que la acompaña, estarás bien encaminado hacia el éxito financiero. De cualquier modo, aunque ganarás más, continúa respetando la regla 50/20/30 o considera aportar aún más dinero a tus ahorros si crees que puedes ahorrar dinero extra. Te lo agradecerás más tarde.

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